Es habitual contraer deudas en el ámbito familiar, ya que el día a día requiere numerosos gastos en todos los hogares. Todos los meses se debe hacer frente a pagos habituales como la hipoteca y diversos servicios esenciales como la luz, el agua, el gas, etc. Pero además de estos gastos habituales y generales, todas las familias se suelen ver obligadas a hacer otros gastos extraordinarios para su bienestar.
En ocasiones, los ingresos familiares suelen ser ajustados con referencia a los gastos básicos, de manera que el presupuesto para otros gastos adicionales suele acabar siendo bastante reducido. Esto hace que se tienda a acudir a micropréstamos u otro tipo de mecanismos que permiten obtener dinero de manera fácil y rápida. No obstante, este tipo de soluciones no siempre son las más adecuadas, es importante tener en cuenta la otra cara de la moneda, ya que normalmente suelen esconder unos intereses muy elevados a los que es difícil hacer frente.
Para evitar verse envuelto en una situación de endeudamiento excesivo, es recomendable seguir una serie de pautas y evitar determinados comportamientos que suelen desembocar en un exceso de deudas.
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Cómo prevenir el endeudamiento
En primer lugar, es esencial llevar cierta organización respecto a los ingresos y gastos. No es necesario llevar a cabo una contabilidad detallada, pero es recomendable tener controlados todos los gastos realizados como aquellos que se prevén. Pero no solo eso, sino que además es adecuado planificar un presupuesto, de manera que se tenga perfectamente controlado a qué se van a destinar los ingresos mensuales y en qué cantidad. De esta manera, será más fácil evitar los gastos innecesarios e inesperados.
En segundo lugar, es recomendable evitar las compras realizadas a través de tarjetas de crédito, ya que esto puede llegar a comprometer gravemente los ingresos futuros. Las tarjetas de crédito son una vía para acceder a un dinero inexistente en el momento del pago, ya que se entiende que dicho dinero estará disponible en un futuro próximo a la hora de realizar el cobro. De este modo, si se acumulan muchos gatos, no se podrá hacer frente a la deuda con los ingresos posteriores.
Por último, habrá que elegir con especial cuidado y atención cualquier producto financiero que se contrate. Es preferible no acudir a préstamos ambiguos en los que se establezca unos intereses excesivamente elevados, puesto que aunque en un principio pueda resultar atractiva una cantidad de dinero tan elevada y fácil de obtener, a posteriori acabará resultando muy dificultoso hacer frente al pago de los intereses.
En definitiva, lo más prudente es planificar un presupuesto general y, posteriormente, llevar a cabo una gestión prudente de éste, intentando evitar cualquier gasto innecesario y teniendo en cuenta en todo momento los ingresos futuros, para poder evitar cualquier deuda elevada a la que no se vaya a poder hacer frente.