¿Cómo refinanciar una deuda? ¿Merece la pena?

Si estás pagando varios préstamos actualmente y ves que no puedes asumirlos, es posible que hayas pensado en la opción de refinanciar tu deuda.

La refinanciación es una manera de reestructurar las deudas para pagarlas con nuevas condiciones. Normalmente, esto significa pagar una cuota mensual menor a cambio de pagar durante más años. Por lo tanto, esto no significa que se te elimine parte de la deuda, sino que seguirás pagando toda la deuda pero durante más años para que la mensualidad sea menor. 

De hecho, debido a esta refinanciación y sus nuevas condiciones, normalmente acabarás pagando una cantidad de dinero mayor a la que tenías que pagar antes de la refinanciación. 

Tipos de refinanciación de deudas

Esta refinanciación es básicamente un cambio de condiciones de las deudas, que pueden pasar por:

  • Reducir el plazo
  • Reducir la cuota
  • Reducir el interés
  • Cambiar el tipo de interés
  • Unir cuotas

Y esta refinanciación la podemos hacer:

  • Dentro del mismo banco en el que estamos, cambiando las condiciones de los préstamos.
  • Cambiando de entidad para obtener unas condiciones distintas.
  • Reunificando las deudas en una única nueva deuda.

Por lo tanto, podemos solicitar el cambio de condiciones de los préstamos en nuestro propio banco o en otros bancos. O pedir un nuevo préstamo y reunificar todas nuestras deudas en una deuda mayor, para pagar una única cuota mensual. En ninguno de estos casos estamos recortando nuestras deudas. 

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    Refinanciar deudas con impagos

    Todo esto se complica si nuestras deudas tienen impagos. Si no hemos podido pagar nuestras deudas, lo más probable es que los bancos se nieguen a refinanciar esas deudas. Esto es así porque los bancos, al ver que somos insolventes, no confiarán en que podamos pagar una nueva financiación.

    Además, debemos tener en cuenta que asumimos unos costes en el momento que decidimos hacer una refinanciación. Costes como honorarios de los participantes en la operación, costes de cancelación anticipada de los préstamos que queremos cambiar, costes de apertura de un nuevo préstamo, etc.

    Existen empresas que hacen reunificaciones en el caso de tener deudas con impagos, pero sus intereses y comisiones son elevados. Por lo que tan solo conseguiremos aumentar nuestra deuda a largo plazo.

    ¿Merece la pena refinanciar deudas?

    Refinanciar significa seguir pagando todas nuestras deudas, con unas nuevas tasas y comisiones, que sumarán una cantidad de dinero todavía mayor a la anterior.

    Para poder pagar estas deudas durante los siguientes años, nuestra situación económica deberá ser favorable a nuestras obligaciones de pago. Por el contrario, si no podemos pagar nuestra nueva financiación, tendremos unas deudas todavía mayores a las que teníamos.

    Si somos insolventes y no podemos hacer frente a nuestras deudas, refinanciar es una opción más difícil de llevar a cabo y, sobretodo, arriesgada. Refinanciar deuda no tiene nada que ver con la cancelación o disminución de las deudas.

    Por otro lado, no todas las deudas se pueden refinanciar. Las deudas públicas que hayamos contraído con la Seguridad Social o Hacienda no pueden refinanciarse.

    La Ley de la Segunda Oportunidad sí permite eliminar deudas

    Hay otra opción si no podemos pagar nuestras deudas: la Ley de la Segunda Oportunidad. Esta Ley aprobada en el año 2015 permite que cualquier persona insolvente pueda renegociar o cancelar sus deudas.

    A diferencia de refinanciar deuda, esto sí es un procedimiento legal con el objetivo de cancelar una parte o la totalidad de nuestras deudas.

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